lunes, octubre 16, 2006

ACUERDO DE PRECIOS: OTRO GOLPE A LA INFLACIÓN.


El acuerdo de precios alcanzado por el Gobierno esta semana, con los supermercadistas, sobre alrededor de 400 productos, busca generar una merma en el crecimiento inflacionario por el que atraviesa la economía Nacional. Al mismo tiempo, un grupo de trabajo encabezado por el Presidente Néstor Kirchner busca generar acuerdos con otros sectores, sobre todo de índole privado.
La desesperación con que desde el gobierno se manejan todos y cada uno de los temas que involucran a los posibles problemas económicos, hace sospechar sobre la veracidad del incesante crecimiento que publicitan a diario sus partidarios.
Los desacuerdos comerciales, la imperiosa necesidad de nuevos acuerdos de precios a diario; el ataque a sectores de prensa que refieren o divulgan estos temas, las peleas continuas con sectores económicos fuertes y la imperiosa necesidad de regular desde el estado precios y consumos, hace comprender que además de un autoritarismo refulgente, nuestro Gobierno es política y económicamente inestable.
Es tiempo que desde el Estado se cree una política segura frente a los inversores, al mismo tiempo que le de tranquilidad a los habitantes. Es tiempo de debatir a ciencia cierta, si los datos que surgen desde los ministerios son reales, o sólo cumplen las medidas oficiales solicitadas por mandatarios de alto rango.
Es cierto que la inflación preocupa y debe preocupar a la sociedad toda, porque de ella puede devenir el colapso financiero y nacional total; pero también es cierto que ningún control de precios ejercido en otros lugares del mundo dio resultado.
Si para muestra basta un botón, no es difícil recordar lo que le sucedió al Gobierno de Allende, cuando por ejercer controles como los que se intentan llevar a cabo hoy y ahora en nuestro país, Chile sufrió una de las más duras y cruentas dictaduras de la historia de Sudamérica; por si fuera poco, los esqueletos de la última dictadura nacional, están saliendo a la luz, y con muchas ganas de volver a ser poder.
El acuerdo de precios llevado a cabo por el Gobierno Nacional, es un buen calmante para sofocar la inflación, pero no es un paso único y final. Como sucedió a fines del 2005, cuando comenzó la implementación de controles de precios, las metas no son claras ni concretas, y la sociedad necesita, al fin y al cabo, una solución a mediano o largo plazo, y no sufrir ante estas peleas sin sentido contra una inflación que encierra algunos contenidos reales, mientras hecha bajo el tapete contenidos de inflación paralela que para los Mandatarios, es mejor no se conozcan.