jueves, marzo 22, 2007

Bulimia y anorexia: crónica de una obsesión


VIVIR DE LA APARIENCIA SIN LLEGAR A SER FELIZ

La anorexia y la bulimia son -junto con la obesidad- los más renombrados trastornos de la alimentación; con un común denominador claro y preciso: la búsqueda desenfrenada de la delgadez como medio para alcanzar el éxito y la aceptación social.Pero.. ¿ en que se diferencian ambas enfermedades? En el caso de la anorexia se basa en una obsesiva búsqueda de adelgazamiento mediante una dieta progresivamente restringida. Hay una distorsión de la percepción del propio cuerpo. La bulimia , en cambio, es la ingesta excesiva de alimentos que después se intentan compensar con conductas anómalas como vómitos, abuso de laxantes y diuréticos, o dietas restrictivas intermitentes; lo que termina convirtiéndose en una costumbre que modifica la conducta de la persona enferma.Quienes las sufren tienen en común un problema de base psicológico :baja autoestima, inseguridad, ansiedad etc. Generalmente se trata de personas introvertidas que tienden a aislarse del resto.Los datos hablan por si solos: en los últimos diez años el incremento del número de afectados por anorexia y bulimia ha sido galopante. En la actualidad, en los países desarrollados, los trastornos alimenticios afectan aproximadamente a una de cada 200 jóvenes de entre 12 y 14 años y aunque las adolescentes siguen siendo el colectivo más afectado, los varones, las mujeres maduras y los niños/as menores de 12 años comienzan a sumarse a la lista de víctimas que padecen dichos trastornos. En la sociedad occidental y especialmente, en la española , el comer es un acto social. Se come de manera grupal y la forma en que cada uno consume algún alimento define a los diferentes grupos culturales. Es mediante la comida que se produce un acto de comunicación social y se da un proceso de cohesión e identificación en el grupo.También, como es sabido, hace muchos años que se habla de estas enfermedades y los modelos de belleza que se promueven aparecen como los grandes responsables. Es lamentable percibir cómo los seres humanos reciben miles de mensajes publicitarios al día con un único mensaje: delgadez es igual a felicidad y éxito; lo que da como resultado: insatisfacción corporal y personal . Ser discriminado por la gordura es moneda corriente. Esto se vuelve potencialmente peligroso sobre todo en el caso de los adolescentes, con la importancia que implica para ellos “encajar” y ajustarse a los cánones sociales.En relación a lo estético es alarmante el hecho de que cada vez más adolescentes recurren a cirugías y desde edades cada vez más tempranas, conducidos internamente por un deseo de reconocimiento a nivel social y del grupo de pares. Se sienten feos o inseguros si no se ven igual que los modelos de la televisión o de las revistas…todos identificados con una imagen.Tanto en el caso de la anorexia como en el de la bulimia, hay que tener en claro que el problema no es la alimentación, sino el modo en que la persona se valora y se percibe a sí misma. Es decir, estamos hablando de un problema de salud mental que tiene tratamiento y que hay que intentar prevenir. El aceptarse tal y cuál se es, es la verdadera clave para estar sano externa e internamente.
Asimismo, existen asociaciones de lucha contra la anorexia y la bulimia donde te pueden orientar sobre los pasos a seguir y los profesionales a los que podés dirigirte para resolver el problema:


Aluba 0 800-222-5822

• Volver a empezar. 4923-0700- grupovae@uolsinectis.com.ar• L.U.CO.B.A info@lucoba.com.ar 4294-1401

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miércoles, marzo 21, 2007

DEMONIOS DE DOS PISOS


Los omnibus de dos pisos estan siendo condenados socalmente a causa de los multiples accidentes. En esta nota proponemos un nuevo enfoque para encontrar a los verdaderos responsables.

Es recurrente escuchar cada mañana, al levantarnos, que hubo un nuevo incidente protagonizado por un ómnibus de dos pisos. Luego de que cada medio informa lo sucedido, hacen la misma pregunta, ¿son seguros los micros de dos pisos?

La mayoría de los que analizan el tema dicen que no, apoyándose en la teoría de que el micro de dos pisos es más inestable que uno de un piso. Así, los doble piso se fueron transformando en demonios sobre ruedas, únicos culpables de todos los accidentes. Es necesario entender que estos vehículos no vuelcan por sí solos; ya que hay una persona encargada de llevarlo de un destino a otro, y si esta persona no se encuesta en condiciones para manejar, ya sea por cansancio o por haber ingerido alcohol, los pasajeros corren grave peligro. Aquí podemos considerar entonces la negligencia de las empresas y conductores en cuanto a la responsabilidad que tienen para con los usuarios del servicio.

Otro punto a destacar es el mal estado de las rutas; ya que la mayoría de ellas apenas superan el ancho de un ómnibus de dos pisos; y se corre riesgo si el vehículo toca la banquina por accidente.

Cabe señalar además, que los exámenes de manejo no son lo necesariamente exigentes con los aspirantes a que pretenden conducir un ómnibus de estas características. El examen se rinde en un predio dentro de la ciudad y es bien sabido por cualquiera que tanto el ritmo de manejo como las condiciones en una ruta son totalmente distintas que en la ciudad.

En cuanto a la estructura y estabilidad de los micros de dos pisos, se han realizado pruebas que demostraron que un micro doble piso a 90 KM por hora, en una curva de 60º, con viento fuerte de costado, mantiene la estabilidad.

El problema es el exceso de velocidad. Cabe señalar que el último motor lanzado al mercado es de 500 caballos de fuerza. La pregunta que surge entonces es, ¿para que se necesitan tantos caballos de fuerza? La respuesta es fácil, no se necesita esa cantidad excesiva de potencia, ya que con 300 caballos aproximadamente el ómnibus puede alcanzar la velocidad de 90 KM, la ideal, sin forzar el motor de ninguna manera. De esto podemos deducir entonces que las empresas que se encargan de la fabricación de los motores están involucradas, en cierta forma, con lo que sucede en la actualidad.

A lo anteriormente expuesto también debemos pensar que el 90% de la plaza de ómnibus corresponden a micros doble piso; razón por la cual tiene sentido que la mayoría de los accidentes sean de un doble piso, simplemente porque son los que salen a la ruta.

A esta reflexión hay que agregarle los factores anteriormente descriptos: cansancio, negligencia de las empresas, mal estado de las rutas, condiciones climáticas, falta de experiencia por parte de los conductores, entre otras.

Con todo esto, es valido pensar que los micros de dos pisos sufren accidentes por factores totalmente ajenos a su estructura; ya que cualquier micro, sea de 1 o 2 pisos, puede volcar si el conductor se duerme o esta ebrio; o si por accidente roza la banquina.

Hay que dejar atrás la tendencia de culpar a un simple medio de transporte y empezar a mirar a los verdaderos responsables; empresas, autoridades encargadas de otorgar las licencias, choferes, estado de caminos, etc.

No es fácil asumir las responsabilidades por los hechos ocurridos, por eso es más simple culpar a los ómnibus de dos pisos.